al mundo que está del otro lado de la ventana,
te tenga nuevamente aquí en el mundo de este lado
que, humildemente, puedo confesarte que no es mucho,
pero sumándole ese rico olor que te llevaste
y tus pies descalzos haciéndole cosquillas a mi suelo,
puede valer más
que cualquier otra cosa que esté detrás de la ventana…
o por lo menos para mí.