Ella es la dueña de ese color
y cada cosa que ve, lo va cambiando.
Menos a mí que nunca pude ser un príncipe.
en el que una que otra vez va a sumergirse.
Y yo queriendo tener esa misma tonalidad
para que se sumerja en mí,
así sea por simple confusión.
en el que sólo anochece
cuando sus párpados se cierran,
pues, mi mundo no es la Tierra, sino sus ojos.
que siempre dura tanto, tanto, tanto
que hasta siento que me ahoga.
si a veces se tornan grises
y no puedo evitar sentirme identificado.
No pido mucho, sé que no te cuesta nada.
Prometo que esta vez haré hasta lo imposible
para que este simple hombre
se convierta en príncipe con tu mirada.
y mis cartas en la mesa no me ayudan,
te sacaré de dudas con la certeza
de que no es necesario ser un príncipe
para hacerte sentir como princesa.
pero no me niegues poder ver
esos ojos azules.